Chino básico: una introducción (Aproximación a la lengua china y su escritura)

( Artículo revista Ñ - 14 de julio del 2007 - © Copyright 2007, Silvia Abollo.
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Al hablar de idioma chino generalmente se designan dos cuestiones: por un lado, la lengua que hablan los chinos (que en realidad no es una, sino varias integradas en una familia de dialectos) y por otro, al idioma oficial (una especie de lengua franca con la que pueden entenderse los hablantes de los distintos dialectos).

En el primer uso, el "chino" es hablado de muy diversas maneras, reunidas en siete grandes grupos dialectales. La diferencia entre algunos es tan pronunciada que lleva a ciertos especialistas a sostener que se trata de lenguas diferentes, más que dialectos de una misma lengua. (Ver recuadro).

Pero también decimos "chino", para nombrar a la "lengua oficial", hoy llamada Putonghuá o "lengua común", en la República Popular China. La diversidad lingüística del país, junto con su temprana unificación territorial y política (dinastía Qin 221 a.C.), planteó muy pronto la necesidad de contar con una lengua en común. Desde hace siglos, el dialecto o habla de Beijing es su modelo, porque integra el grupo dialectal mayoritario y esta ciudad ha sido y es asiento del poder político. A lo largo de la historia, el Putonghuá tuvo distintas denominaciones: durante las dinastías Ming y Qing (1368-1911) se lo llamaba Guanhuá, "habla de los funcionarios" del Imperio, quienes efectivamente la utilizaban cumpliendo sus tareas de gobierno en las distintas regiones del país. Fuera de China, se la denominó "Mandarín", nombre introducido por los portugueses para designar a los citados funcionarios y, por extensión, a la lengua oficial que ellos usaban. Desde la instauración de la República en 1911 y hasta 1949, se la llamó "lengua nacional" o Guoyu, nombre que aún está vigente en Taiwán.

Esta lengua común es el idioma que se estudia cuando se sigue un curso de chino, con ella es posible la comunicación por todo el país, aunque con distinta suerte. Es la lengua de los medios centrales de comunicación, se la enseña en la escuela y el gobierno alienta su difusión y aprendizaje. En español se la suele llamar "mandarín", siguiendo un uso del inglés, si bien el término es un tanto equívoco.

El chino pertenece a una familia lingüística distinta de los idiomas de Occidente, de ahí algunas de sus peculiaridades, que nos sorprenden y han contribuido a su legendaria fama de dificultad. Para comenzar, cuenta con un repertorio fónico reducido. Las sílabas chinas, unidades esenciales de la lengua, son apenas más de 400, lo que es muy poco comparado con idiomas como el inglés que contaría con 80.000. Esta cantidad limitada es problemática para una diferenciación satisfactoria de las palabras, que en su mayor parte son bisilábicas y aún monosilábicas. De donde resulta la considerable homofonía del idioma, es decir que muchas palabras comparten la misma sílaba.

Esta cuestión nos introduce a otro rasgo del chino que es el tonalismo, el cual vendrá a aportar un nuevo elemento fónico de diferenciación en la sílaba. La presencia de tonos, propia de otras lenguas del este de Asia y de África, no ha de confundirse con la entonación, usada en todos los idiomas para expresar emociones, énfasis, etc., ni tampoco con nuestro acento. Se trata del uso de variaciones de alturas del sonido, durante la pronunciación de las sílabas. Los tonos de la lengua común del chino son cuatro, más un tono leve o corto. En el sistema Pinyin (usado para escribir el chino en letras romanas) se los anota con pequeños trazos sobre la vocal principal de la sílaba. La importancia de los tonos radica en que determinan el significado de la sílaba o palabra, constituyendo un limitante de las homofonías. Así la sílaba tang, enunciada con el primer tono (alto y sostenido): significa sopa, con el segundo (ascendente): azúcar, con el tercero (descendente y luego ascendente): acostarse, y con el cuarto tono (descendente): quemar. Contando los tonos el número de sílabas básicas asciende a unas 1100. Pero aún sigue siendo bajo, por lo que para una "lograda" diferenciación de los términos, quedará el recurso a la escritura, ya que cada carácter chino permite representar un significado o concepto diferente.

 

La escritura china es un sistema gráfico singular por medio del cual se transcribe la lengua china. Se trata de una escritura distinta de todas las usadas en la actualidad, pero íntimamente relacionada con la estructura de esta lengua. De ahí su persistencia -con pocas modificaciones- por más de 2500 años, desafiando la simplicidad de las escrituras alfabéticas. Sus grafías son los llamados caracteres chinos. Cada carácter corresponde a una sílaba que, es la unidad fonética y semántica de la lengua. Así, los caracteres no sólo remiten a los sonidos sino que además cada uno ya tiene una significación asignada Este aspecto conceptual de la sílaba lleva a la necesidad de contar con una grafía diferente para anotar cada palabra o segmento de palabra, con el resultado de una gran proliferación de caracteres.

Dada la homofonía del chino, de no ser por los caracteres que distinguen sílabas o palabras, resultaría difícil identificarlas en un texto escrito en un sistema que sólo atienda al aspecto fónico, como el alfabético (dificultad apreciable cuando se lee algo escrito en Pinyin, el sistema de romanización del chino).

Para ilustrar estos temas de homofonía y proliferación de los caracteres, tomaremos por ejemplo una sílaba, "fu". Al consultar el diccionario, comprobamos que hay más de setenta grafías con esa pronunciación, que dan cuenta de los diferentes significados de la sílaba. Esta multiplicación de signos constituye un verdadero desafío para el aprendizaje. Sin embargo, esta dificultad se atenúa si consideramos que los caracteres están constituidos por trazos, que se organizan en configuraciones de número limitado (lo que facilitará el dominio de la escritura), de cuya combinación resultará un número virtualmente ilimitado de caracteres. Así, una configuración puede constituir un carácter simple que en otro caso funcionará como elemento de un carácter compuesto.

Muy tempranamente, los caracteres fueron objeto de estudio y análisis, y en su clasificación tradicional -fijada por Xu Shen, filólogo de la dinastía Han, año 100 d.C.- se destacan cuatro tipos básicos, agrupados según las reglas que explican su composición. En primer lugar, están los caracteres derivados de dibujos simples de cosas que representan; se los ubica en el estadio más antiguo, y son los llamados pictogramas, pueden anotar términos como puerta, pájaro o caballo. En segundo lugar, los caracteres que expresan situaciones más abstractas, como shàng "arriba" y xià "abajo" (conceptos señalados mediante un trazo agregado sobre o debajo de una línea horizontal); se los denomina ideogramas simples. Los del tercer tipo se forman uniendo dos caracteres simples, combinados por su significado para representar otra noción, como por ejemplo los pictogramas de sol y luna, que se combinan para escribir míng "brillante, luminoso", o el carácter xiu "descansar", compuesto por el de "hombre" junto al de "árbol", o d a o "isla", un "pájaro" sobre la "montaña"; ejemplos de la potencia poética de la escritura china, son los llamados ideogramas compuestos.

Pero el caso más difundido de caracteres complejos -más del 90% del total- son los ideofonogramas, formados por dos partes: el componente fonético (que sugiere la pronunciación de la sílaba o palabra), y el semántico (que remite al campo de significado al que pertenece el carácter, también llamado "radical"). (Ver ejemplo de en el recuadro) Aunque el rendimiento de estos dos componentes no siempre es muy efectivo, ya que los "fonéticos" suelen ser bastante vagos en la indicación de la pronunciación. Y los "semánticos" pueden ser imprecisos o nulos para aportar el sentido de la sílaba, quedando reducidos a un mero factor clasificatorio, por el que se ordenan los caracteres en los diccionarios. Sin embargo, aún contando con su ambigüedad e imprecisión, esta combinación de elementos fonéticos y semánticos, consiste en la estructura fundamental de los caracteres y la que permitió el desarrollo de esta escritura. Los tres primeros tipos se diferencian del último en tanto consideran el aspecto conceptual de la palabra, y no el sonoro; de ahí que se los llame genéricamente "ideogramas". Mientras que los últimos, son la prueba de la incidencia decisiva del fonetismo en la escritura china.

 

Los dialectos chinos

Los grupos más numerosos son los cuatro siguientes: 1. Los dialectos del Norte, o "mandarines", hablados en el Norte, Centro y S.O., por el 70% de la población total; integran al dialecto de Beijing, base de la lengua oficial. 2. Los de Wu , hablados por un 7,5 % de la población, en las provincias de Jiangsu y Zhejiang; incluyen al "shanghainés". 3. Los de Yue o de Guangdong (Cantón), hablados por un 4,5 % de los chinos, en esa provincia, Hong Kong, Macao; son conocidos como "cantonés". 4. Los dialectos Min, de la provincia de Fujian, Taiwan y zonas del sur de Asia, corresponden a un 4 %; son los dialectos de los inmigrantes chinos que han llegado a la Argentina en los últimos años, provenientes de Fujian. La inteligibilidad entre muchos de estos dialectos es nula o casi nula, comparable con la que existe entre el francés y el español, y a veces aún mayor.

 

El carácter .

El carácter en el centro del diseño decorativo que ilustra esta nota, se pronuncia y significa "felicidad, buena suerte". Muy usado por su simbolismo auspicioso, lo hemos tomado como ejemplo de ideofonograma: separando el componente de la mitad izquierda, aislamos la "parte semántica", que nos indica que el carácter significará algo relacionado con ritos, magia o religión, mientras que su parte derecha es el "elemento fonético" . Esta estructura implica que ambas partes integrarán otros caracteres, cumpliendo estas mismas funciones. De hecho, el motivo gráfico que rodea al carácter utiliza cinco murciélagos, animal benéfico para los chinos en razón justamente de que su nombre ( fú, escrito con el mismo elemento fonético y un semántico diferente) es homófono con el término que significa "suerte". La peculiar estructura de los caracteres junto con la equivocidad del chino, suscitan en la cultura una gran afición por los usos poéticos de la escritura, los juegos de palabras, etc. Como en este popular empleo con fines "mágicos" y decorativos.

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